El Punto de Observación de Falsas Realidades Playeras fue una construcción efímera en la Playa de Voramar durante el pasado FIB (Festival Internacional de Benicassim). Se trataba de un artefacto que nos permitía redescubrir con optimismo a la gente que nos rodea, concretamente al vecino de toalla (no olvidemos el eclecticismo social que todos los veranos caracteriza las playas de Benicassim durante el festival).
También permitía enfatizar nuestras manías y frikismos y acercarnos entre todos un poco más.
La materialización de esta idea se llevó a cabo utilizando, de nuevo, materiales auxiliares de la construcción (de alquiler) y sobras de materiales procedentes de instalaciones, por lo que se trataba de un invento sostenible y reutilizable. Funcionaba como una máquina en la que nos introducíamos con sutileza y conceptualmente nos encontrábamos semi-hermetizados, lo que nos permitía agudizar nuestros sentidos y ser más conscientes del entorno en el que nos movemos (formado por paisaje + gente).
En este contexto redescubrimos todo: la playa, al musculitos sobrehormonado, a la guapa, al típico ligón bronceándose en su esterilla, a la madre de familia -que se queja de la instalación urbana y, en general ,del FIB-, al tímido que ayuda a su hijo a hacer un castillo de arena mientra mira a la vecina de sombrilla que está en top-less, al extraterrestre que habla con los anglofibers, etcétera...
Con todo esto nos damos cuenta que todos los terrícolas que ocupamos Benicassim nos complementamos... Y que huele a mar... Y que hay buena música.
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